Kuala Lumpur, Bali y Java en Navidad
No hay ninguna compañía barata que vuele a Indonesia directamente desde Bangkok, con lo cual decidimos hacer una visita rápida a nuestros compañeros en Malasia. Kuala Lumpur me sorprendió por su organización, limpieza y elegancia. Sé que esta impresión se debe a que la comparaba con Bangkok pero nadie puede negar la elegancia de sus grandes rascacielos, sus buenas infraestructuras y un moderno aeropuerto, que aunque está a unos 80 km del centro, está bien comunicado. Unas horas de paseo en Kuala, asombrarme con las enormes Petronas, subir a la torre de telecomunicaciones y hacer unas fotos...
De nuevo en el aeropuerto. Estrés, mis compañeros no llegan y la compañía aérea no los quiere esperar. Lo siento Kualas, hice lo que pude para retrasar aquel vuelo a Bali pero, por una vez, Airasia fue puntual. Manda guevos!
El aeropuerto de Bali es bastante pequeño y con bastantes medidas de seguridad debido a los ataques terroristas de los últimos tiempos. Para entrar a Indonesia hace falta visado pero es posible sacarlo en el aeropuerto; una idea cojonuda lo de la Visa On Arrival, ojalá lo tuvieran todos los países. Pagué 10$ (por estar menos de una semana) y nada de fotos ni días (o semanas) de espera para que te pongan una puta pegatina en el pasaporte.
Ya en el aeropuerto me encontré con compañeros de Ho Chi Minh y Singapur; primeros encuentros. Directos al hotel que nos habían reservado los yakartas [*1] en la zona de Legian. Pedazo de hotel... creo q eso es poco, un lujazo que se queda bastante lejos de lo que yo suelo buscar en mis viajes. Entrada ajardinada con porche muy elegante, esculturas balinesas en piedra por doquier, piscina enorme con posibilidad de comida riquísima, cubatas o cervezas mientras te das un baño, habitaciones con terraza grande al jardín y una cama enorme.
Y todo esto en primera línea de playa, cruzar una calle y botellón a la orilla del mar mientras llega el resto de la gente ICEX asiática y a conocer la juerga del Bali nocturno. Juergaaaaa!! Nos juntamos gente de Singapur, Manila, Tokio, Yakarta, Ho Chi Minh, Kuala, Shangai y Bangkok. Buena fauna.
Bali estaba vacío. Es una isla que durante muchos años ha sido el centro de atención de los touroperadores. Sin embargo con las últimas bombas el turismo ha caído en picado, y todos los hoteles que estaban preparados para recibir avalanchas de guiris australianos, europeos y norteamericanos estaban medio vacíos. Para mi fue perfecto porque la isla se nos presentaba con un sabor más original, pudiendo sacar del viaje no sólo la juerga navideña que esperaba sino también el colorido de una de las islas más exóticas del sudeste asiático. Templos hindús, danzas balinesas, artesanía local, comida indonesa... que maravilla de isla, qué colorido, lástima que el dinero del turimo haya ido moldeando las atracciones balinesas.
[foto de unai-manila]
Una forma diferente de pasar la nochebuena... [foto de unai-manila]
Irme de Indonesia con el único recuerdo de Bali iba a ser demasiado engañoso. Indonesia es enorme (unas cuatro veces España) y con casi 250 millones de habitantes es una mezcla [casi casi] harmónica de diferentes culturas, religiones y tradiciones. Cada isla puede presentar características bastante diferentes a sus vecinas y sin embargo pertenecer todas al mismo país. Creo que la religión dominante de cada isla determina mucho el carácter de la misma, y en Indonesia se mezclan islamismo, hinduismo, budismo, animismo y otras religiones minoritarias con orígenes ancestrales. Así que, debido a su proximidad a Bali y a la oferta de vuelos de vuelta, dediqué un tiempo a Java. Yogyakarta y Solo son ciudades del centro de Java muy coloridas y con el toque caótico de las ciudades asiáticas e islámicas donde es difícil dar dos pasos sin que alguien te hable.
Ambas ciudades destacan por sus eventos culturales, templos impresionantes en los alrededores y expresiones artísticas. El batik (dibujos coloridos sobre algodón o seda) y las danzas con gamelan (orquesta indonesa, que al final no pude ver, ¡cagoenlaputa!) [*2] son el plato fuerte del arte de Java.
Como había que aprovechar a tope el tiempo, y todavía no había visto montaña durante este viaje, acompañé a Raúl-HCMC a subir el Merapi, uno de los volcanes más activos en la actualidad. La subida no iba a ser un paseo, el volcán tiene una altura de 2.911 metros y la ascensión se hacía por la noche con el propósito de ver el amanecer desde la cima. El desnivel fue de unos 1.400 metros que salvamos en 4 horas y media. Subir de noche, con una linterna, sin ver nada alrededor, bastante pendiente y haciendo paradas largas hizo que la subida fuera un poco dura. A partir de los 2.700 metros se notaba bastante el azufre en el aire, estaba ligeramente mareado, el estómago algo revuelto y costaba respirar. Cuando llegamos a la base del volcán, a 2.800 m, vimos que la cima (cráter) tenía bastantes nubes sulfurosas, con lo cual no pudimos subir hasta la cima. Cruzamos una pequeña cresta y subimos al Simerapi desde donde vimos un difuso amanecer entre las nubes [*3]. Valió la pena subir, las vistas, tanto del volcán echando azufre como de la llanura de alrededor, fueron impresionantes, pero preferiría haber subido de día.
Con esta ascensión terminó otro viaje completito. Escala rápida en Kuala Lumpur y luego juerga, cultura, naturaleza y deporte en un país que mezcla perfectamente el exotismo, las diferentes tradiciones y religiones. Un país para conocer a lo ancho, un archipiélago a conocer isla por isla.
[*1].- Migue y Jacobo, pedazo de anfitriones. Gracias shavales, vaya país en el que estais, Q lo disfruteis a tope!!
[*2].- Pelillos, ya te puedes venir para esta zona, nos vamos de conciertos étnicos y te especializo en cosas asiáticas.
[*3].- Kismo, ya sabes desde donde se mandan los saludos no?
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