11.4.06

Los celtíberos en el Sur de Tailandia

Completada la ruta en Bangkok cogimos un vuelo a Krabi y tras llegar a Ao Nang la expedición Martínez-Soria se peleaba con los barqueros para pasar a Railay por un mejor precio. Era el comienzo de una larga lucha con los transportes del sur de Tailandia. Tienen los precios establecidos como zona turística y, aunque son desproporcionados para algunos recorridos, es difícil cambiarlos. Pasa algo parecido con los hoteles... pero bueno, ya había hecho la reserva en hoteles de precios medios y eso ya estaba pagado.

En Railay estuvimos en un hotel que, si bien el interior de las habitaciones era básico, los bungalows estaban separados por frondosa vegetación tropical y estaban en la misma playa, que por la falta de luz todavía no alcanzábamos a ver. Tras una corta tormenta tropical, unos cuantos (sólo machos) volvimos a Ao Nang para tomar una Singha. Lo típico, una cerveza que se convirtió en varias y dio paso a otra noche para recordar: charla, diversión, buena música en el Luna Beach, bailoteos, confusión y misterio a las 4 de la mañana cruzando de vuelta en una barca sin luces, con un barquero sacado de la cama y desde un muelle completamente oscuro y dormido a esas horas.

A la mañana siguiente flipamos con el sitio donde estábamos. Una playa de fina arena blanca rodeada por enormes rocas que se metían en el mar y continuaban formando otras islas.


El plan para disfrutar de aquello era acorde a aquella belleza: pillar una barca para nosotros durante todo el día y visitar las inhabitadas islas, las solitarias playas, hacer snorkel en las aguas turquesas, llenas de corales y peces de colores, tomar el sol en el fino istmo de arena blanca que separaba algunas islas... creo que hasta que no se está allí no se puede hacer uno a la idea del paraíso.



La ruta celtíbera seguía a Ko Phi Phi donde busqué un hotel algo apartado pero lujoso para lo que acostumbro: bungalows con aire acondicionado y terraza con vistas al mar, dos playas privadas, recepción con cocktail de bienvenida, porte de maletas hasta la habitación (ahí mataron nuestro espíritu mochilero)...

Como estábamos en temporada de buena visibilidad del mar de Andamán y Phi Phi tiene una buena reserva natural convencí al Chapucero y al Wifredo para que hicieran un bautizo submarino. Si bien yo no hice ninguna de las dos inmersiones con ellos, estuvo bien ver sus caras de excitación (flipe-acojone) y compartir en el barco las experiencias vividas bajo el agua: fondos llenos de coral, descenso de simas, puentes de roca, cuevas, abundancia de peces de todo tipo, pulpos, rayas... con una visibilidad de hasta quince metros. La última de las inmersiones fue la mejor; a unos doce metros de profundidad tras reabrocharme el cinturón de plomos que se me había caído (putadón), levanté la cabeza y a dos metros de mi cara tenía una tortuga de más de medio metro de diámetro. Nos miramos a los ojos durante varios segundos y la tortuga se acercó hasta mí. Me tocó las gafas con una de sus patas para despedirse y subió a superficie. Una experiencia que no olvidaré.

La ruta del Sur terminaba en Phuket, la isla más turística y conocida de Tailandia. Muchos bares de alterne, discotecas que cierran tarde y buenas playas que no disfrutamos por culpa de la resaca.


Buen marisco y Singhas en la cena, fiesta a tope y noches locas que enamoraron a los celtíberos. No era para menos, la verdad.




Además en Phuket por fin nos juntamos el equipo celtíbero completo porque la pareja MacNoli había perdido una de las conexiones de avión y hacían nuestra ruta con un par de días de retraso. Chicos, tenéis que volver a disfrutar del sur tailandés sin prisas.

La sensación tras la vuelta: una excursión increíble. La felicidad de ver a mi gente de siempre disfrutando del paraíso tailandés que ya tomo como mi casa.

Pd.- Fotos de Culebra 'la vieja tronca' y Maremoto Escobar.

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6Comentarios:

@ 11/4/06 16:48 , Anonymous Anónimo dijo...

soda told:
bien me parece hijo, ya has ascendido de categoría ya tienes colegas hasta en el oceano,los tendrás q llevar a sanjuanes

 
@ 12/4/06 14:35 , Blogger Banyuken.es dijo...

Tío, cómo os lo habéis montado. Si da gusto compartir unas birras con los colegas cuando vuelves a casa, no me puedo imaginar lo que tiene que ser que los amiguetes vayan a verte en masa y echar las birras en tu hábitat. O mejor aún, hacer camino con ellos. Muy grande lo vuestro...

 
@ 18/4/06 21:44 , Blogger fito dijo...

Os va a costar superar estas vacaciones. Por el entorno, por la compañía y por las experiencias vividas. Y, desde luego, por las tortugas. Que fuerte.

 
@ 21/4/06 19:28 , Anonymous Anónimo dijo...

Creo que hablo en nombre de todos los celtiberos cuando digo que estas vacaciones muy probablemente serán recordadas como las mejores vacaciones de nuestras vidas.
Mil historias y momentos vividos que darán pie a otras tantas terturlias nocturnas para recordarlos.
Por todo ello , gracias por ser nuestro Cicerone particular .
Un abrazo.

 
@ 24/4/06 15:19 , Anonymous Anónimo dijo...

Los celtiberos han debido de volver a casa encantados. Creo que ahora ya estan seguros de que eres un tio con suerte. Un brindis por el anfitrión.

 
@ 28/4/06 03:36 , Anonymous Anónimo dijo...

vaya viaje con amigos de toda la vida, las imagenes dan cuenta de algo increible, y sin privaros de ni un lujo, buenos hoteles, barquitas, buceo, mariscos. Es como el viaje soñado por todos en algún momento, por zonas tan paradisíacas de thailandia y con los tuyos, que bueno.

ya podrían aprender mis amigos, saludos.

 

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