Despedidas
Estas últimas semanas he estado tan ocupado que han pasado volando. Entre el estrés del golpe de estado y las despedidas no he parado durante los últimos días y apenas he tenido tiempo de postear... dejando muchas cosas en el tintero.
Hace unos fines de semana, antes del golpe de estado, pillamos una furgoneta para bajarnos diez colegas a Ko Samet. Un viaje de despedida, una penúltima farra en una de mis islas favoritas... dos días de charlar, playa, comer marisco, beber singhas y buckets de samsong y mucha farra.
Durante la vuelta, también en furgoneta, aproveché para mandar mensajes de despedida al resto de conocidos. Es muy duro decir eso de - Hola, la proxima semana me voy a España. No tengo ni idea de cuando volveré a verte... En poco tiempo saturé la agenda de la siguiente semana quedando a turnos para una última una última cena, unas últimas singhas...
Con el alborto del golpe de estado todo se revolucionó y la semana pasó volando. Pese a que tenía planeado terminar mi año en el sudeste con un viaje a Filipinas, mis jefes me lo impidieron por motivos de seguridad... así que la estancia en Tailandia la cerré con un finde de fiesta en Bangkok. El golpe de estado ayudó a que la policía dejara de tener poder para cerrar garitos nocturnos y la noche de Bangkok estaba on fire.
Currando lunes y martes y volando el miércoles. Muchísima pena al hacer las maletas y despedirme de mi casa, de mi barrio y de mi gente más cercana, Pepa, Ander, Charito, Manu, Laurita, Pablo, Kun Chacs... sniff sniff.
También hubo despedidas a través del correo electrónico. La mayoría de mis compañeros informáticos en otras embajadas volvían también para sus casas después de un año de curro en red, dando continuamente apoyo, soporte, risas y visitas con los más cercanos. A algunos os he visto hace poco, con otros pude coincidir en el avión de Amsterdam... y a los demás espero veros pronto en una merecida quedada. ¡Qué grandes sois!
Around the world... by beCairo
Ahora ya en España las cosas suceden extrañas. La enorme ilusión de ver a la familia y a los colegas un año después se mezcla con la desilusión de ver que por aquí todo sigue prácticamente igual, sin apenas dinamismo. Después de un año viviendo a tope, sin parar de viajar, de impresionarme y sorprenderme a diario con una cultura tan diferente... volver a lo ya conocido se hace un poco cuesta arriba. Supongo que estos primeros días es normal... Sigo con la cabeza allí, acordándome un montón del irrepetible año vivido. Poco a poco aterrizaremos.
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