Singapur
Una isla-ciudad-estado que está relativamente cerca de Bangkok (dos horas de avión, cruzando la península malaya) y que no necesita visado, ni papeleo, ni más de un fin de semana para ser recorrida. Animado sobre todo porque mi amiga Som (Naranjita en tai) lleva un tiempo viviendo allí me fui a uno de los países más pequeños del mundo y que a su vez tiene uno de los puertos marítimos más importantes.
Singapur fue fundado a principios el el siglo XIX por los ingleses como puerto principal en el transporte de mercancías entre el lejano oriente y Europa. Movidos por el aumento del comercio y riqueza de la isla no tardó en aparecer la emigración desde colonias y estados cercanos y de esta manera se creó rápidamente un centro económico atípico en el sudeste asiático, organizando a su población según origen étnico.
Sin ningún tipo de recurso natural y escasez de agua potable, Singapur explota el comercio exterior como principal fuente de economía. Los principales negocios del país están en manos de origen chino. En una sociedad enfermizamente consumista, con precios bastante altos, los jóvenes de etnia china suelen vestir a la última moda occidental, utilizar la tecnología más puntera e invertir el tiempo libre en alguno de los numerosos centros comerciales mientras sus padres compran lujosos pisos y conducen los más caros coches europeos (porsche, ferrari, lamborghini, mercedes…). Al igual que en otras zonas del planeta, las esferas más ricas se retroalimentan más de apariencia social que de un bienestar lógico...
Aunque la comunidad china es la más numerosa y rica otras procedencias también son importantes en la estructura social singapureña (está claro que siempre alguien tiene que hacer el trabajo sucio…). Para controlar mejor la sociedad y evitar confrontaciones la pequeña isla colonial se organizó distribuyendo a los inmigrantes en diferentes barrios según su origen de manera que en la actualidad coexisten barrios o pequeñas ciudades dentro de Singapur habitadas casi exclusivamente por una sola etnia. Hindúes, malayos, birmanos, tailandeses... De ellas la Little India es la zona más colorida, olorosa y bulliciosa. Me encantó.
La tarde del viernes la aproveché, guiado por Som, para ver las zonas más famosas de Singapur, que no son muchas la verdad. La zona del río con sus imponentes torres, el nuevo palacio de exposiciones con forma de durian, el merlion…
Paseando por Singapur me dio sensación de artificialidad y de ser una ciudad donde todo está hecho de forma perfecta. Sin contaminación, sin atascos, sin ruidos, sin alboroto, con edificios modernos, transporte público eficiente y todas las comodidades de una gran ciudad… Las leyes de convivencia son tremendamente estrictas (está prohibido escupir, tirar un papel en la calle o incluso comer chicle…) y amenazan con pagar importantes multas, cárcel e incluso con la expulsión del país o la pena de muerte.
Y como consecuencia de las desmesuradas condenas encuentras las calles impolutas y una gran seguridad y civismo.
Por la noche, coincidiendo con el partido España-Arabia Saudí era difícil encontrar un bar que no centrara su atención en el futbol. Bastante gente con la camiseta española y que animaba al atractivo Raúl González (¿verdad Som?).
Después del partido la noche volvió a la normalidad y decidimos ir a una discoteca en la Little Thailand. Banda en directo, música, camareros, público… y hasta cerveza exclusivamente de origen tai. No es que la Tiger no me guste, pero sinceramente estoy enganchado a la Singha. Me encanta la fiesta tai; es curioso ver la cara de la gente cuando un farang les habla en Tai, y más aún fuera de Tailandia; sientes el agradecimiento por querer acercarte a su idioma y cultura original.
El sábado me metí en un enorme centro comercial exclusivo de tecnología. Unas siete u ocho plantas (no las conté) repletas de pequeñas tiendas con cualquier chisme electrónico del mercado. Equipos informáticos, telecomunicaciones, fotografía, música, vídeo… había de todo y a unos precios muy razonables. La fiebre consumista me hizo comprar una nueva tarjeta de memoria para la cámara de fotos, un reproductor mp4 y un móvil [*1] por no mucho dinero. Eso sí, salí con un horrible dolor de cabeza.
Habiendo estado los dos días en plan local (con tais y singapureños) aquella noche cambié al rollo español empezando por una barbacoa. Gente de la embajada y la oficina comercial celebraban el cumpleaños de una de las compañeras. Yo llegué algo tarde y como Curro no estaba en aquel justo momento no conocía a nadie. Sin embargo enseguida me presentaron gente y los encantadores anfitriones me ofrecieron un bocado y algo de beber. La verdad es que con la humedad y calor que hacía no tenía mucho hambre pero os juro que fue ver albóndigas caseras y no parar de servirme más y más. ¡Qué sabor!. después de nueve meses sin probar un guiso así es difícil resistirse.
La noche siguió en casa de Curro echando unos tragos para ahorrar y después en un par de garitos de moda. Primero Attica, que me encantó: lleno hasta la bandera, buen house y una marcha animada donde era fácil bailar y hablar con la gente. Y después Ministry of Sound, muy grande pero con una floja entrada y un ritmo soso debido en parte a que coincidía con un partido de fútbol. Terminamos la noche en los bajos de un hotel hasta que a las seis de la mañana nos cerraron. La verdad es que la noche singapureña está bien; cara pero muy animada.
El domingo llegaron Raúl y su novia de vuelta de Camboya. Charlamos comentando nuestras distintas situaciones en países tan cercanos como diferentes y al mediodía quedé de nuevo con Som para comer, pasear por un cuidado parque y tener una de las charlas más placenteras desde que estoy por estas tierras. [*2]
El vuelo de vuelta se retrasó mucho (para variar), casi dos horas. Pero tuve suerte de poder cambiar mi billete para volar en el anterior así que a las once de la noche estaba en Bangkok.
La verdad es que Singapur es un país-ciudad con buena calidad de vida, muy tranquilo, seguro y cómodo para vivir; con animada fiesta nocturna, organizadas calles, cuidados parques, próximo y bien comunicado con países muy interesantes del sudeste asiático… Pero al mismo tiempo todo tiene un aire artificial que me hizo sentirme incómodo, fuera de sitio. Creo que no podría vivir en Singapur durante mucho tiempo. No estoy acostumbrado a esa perfección tan simple y estricta. Necesito ver las cosas algo peor hechas, algo más caóticas, más humanas... Me da la sensación de que, allá donde vaya, estoy acostumbrado inconscientemente a ver más marcas del paso del tiempo, a notar la presencia de civilizaciones más antiguas. Creo que necesito ver cambios y errores que han marcado la historia de un país. Y sobre todo necesito ver en el día a día movimiento e interés social más allá del comercial; algo más allá aparte de querer ganar y gastar más dinero….
Un fin de semana en Singapur me bastó para echar de menos todas estas cosas que hasta ahora no me habían faltado en ningún sitio. Curiosa sensación de ciudad ‘perfecta’.
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[*1].- sé que alguno se sorprenderá... realmente fue un nuevo apaño ;)
[*2].- Phom choop maak phuut khap khun phrowaa khun pen phom tee puijin. Welaa phom yu khap khun sawadii khap sanuk maak. Khun phen phian dii... Khop Khun Krap Naranjita.
Etiquetas: Sudeste
5Comentarios:
Well,;) Thank you for put my name here. hahaha It is quite difficult for me to translate everything...Good to see you happy :) Khun Pen Phuin Tee Dee ja. Khorb khun Kha.
Otro gran viaje.
Has resumido bastante bien el atractivo de lo cutre.
Dolor de cabeza después de una tarde de compras en unos grandes almacenes de informática, ¡qué raro XD!.
Recuerdos a Raúl.
paio hijo, no tengo tpo ni pa leerlo, supongo q ahora en tu recta final tendras hasta planeao visitar Australia, aprovecha que 3 meses ya no son nada, y cuidate.
Lo q daria por estar alli unos dias
Ahi yakson ahi, mientras tu estas ahi en un pais pijo comprando como loco en un centro comercial el genyl de pedo guarro en tu pueblo... se ha vuelto a demostrar quien es un peludo de verdad y quien de mentira
es una suerte que no hayas podido estar, lo digo porque el bajon el domingo por la tarde esa terrible
por cierto que vimos el bar kansas... menudas risas...
Que buen análisis de esa ciudad, la verdad es que a mí tampoco me atraería lo más mínimo vivir en un sitio así, únicamente por lo de que no haya contaminación y buen transporte público pero en lo demás coincido 100% contigo.
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