Ayutthaya y celebraciones monárquicas
El viernes, aunque no trabajé, no pude irme a ningún sitio. Los trenes iban repletos en todas las direcciones. Si bien esto ya me había pasado en temporada alta, esta vez era por el movimiento masivo de tailandeses a sus tierras de origen ya que la mayoría libraba viernes, lunes y martes. Así que aproveché para hacer los papeleos del visado chino necesario para mi próximo viaje y me pegué todo el día descansando en casa: durmiendo, escuchando música, cerrando mi calendario de viajes (horror, tengo más planes que findes)... hasta estudié tai que lo tenía un poco estancado y empecé a escribir. Es muy divertido volver a los cuadernillos de caligrafía de llamativos colores a los veintiseis años...
Por la tarde salí a dar una vuelta y me topé con actos de celebración del 60 aniversariario de la subida al trono del rey Bumipol (Rama IX). Casi tres horas de fuegos artificiales y las calles colapsadas de gente con camisetas amarillas y frases tipo 'Long live the king' que buscaban un hueco para mirar al cielo entre los rascacielos. Es increible la devoción que hay en este pais al rey y a la monarquía. Si bien el rey actual, Rama IX de ochenta anyos de edad, tiene fama de generoso y de prestar ayuda siempre a los más necesitados no dudo de que la censura y la propaganda en los medios sigan teniendo un efecto seguro en la imagen del monarca. Sesenta años reinando... ahí es nada... batiendo todos los records actuales. Si los tailandeses lo quieren así después de tanto tiempo por algo será.
Con la agenda de celebraciones de aniversario, cortes de calles ante la visita de todas las casas reales del mundo (incluida la española), alteración de horarios en templos y lugares turísticos se hacía dificil estar en Bangkok. Si bien su ritmo es siempre caótico y agobiante ahora es todavía más inesperado. Así que el sábado huí. No sabía muy bien donde ir, mil planes en la cabeza y pocas posibilidades por falta de tiempo y medios de tranporte. Pero al final Ander y yo decidimos ir a Ayutthaya, ciudad de unos 80.000 habitantes, cercana a Bangkok y cuyo principal atractivo es el parque histórico que refleja la importancia de la que fue capital tailandesa entre los siglos XIV y XVIII.
La verdad es que llegamos con pocas ganas... dimos un paseo por el mercado central, flipamos con los filetes de ternera, las patas de cerdo, los callos, los peces ... todo a temperatura ambiente (unos 35 grados) y en seguida nos metimos a comer en una guesthouse. El restaurante tenía dos terrazas, una mirando a la calle y otra sobre el río Chao Praya. Decidimos comer en esta última por la agradable brisa y sombra pero no vimos que a unos 5 metros, en la misma terraza, entre las mesas había una especie de lagarto-cocodrilo de metro y medio de largo; de vivos colores verdes y amarillos. En cuanto lo vimos dimos un salto y la camarera nos advirtió de que no nos acercáramos a él. No era una mascota, había subido desde el río y en cuanto vio nuestro salto se escurrió entre los matorrales y volvió al agua.
Tras el susto comimos y nos entró la modorra. Estábamos reventados pese a no haber hecho nada. Nos quedamos dormidos en los bancos de madera, junto al río, sin pensar en el lagarto. Al despertar nos tomamos un whisky de sobremesa y decidimos alquilar unas bicis para ver algo de la ciudad. Fue un paseo muy placentero, a velocidad tranquila, disfrutando de los parques, de los lagos y canales, de la vegetación entre los antiguos templos y estupas.
... Hasta que vimos que el cielo amenazaba tormeta. Justo lo que nos faltaba para convencernos a meternos en un bar y empezar una larga conversación a ritmo de Singha.
Pese a que finálmente no llovió nos agarramos un buen pedo; tanto que decidimos volver a Bangkok para seguir de fiesta. Y así lo hicimos, compramos un billete de vuelta en tren (tercera clase, 40 céntimos) y a las diez de la noche estábamos ya duchados y con ganas de seguir la juerga: Suk Suites, Route 66, Blur y Piscifactoria... otra noche hasta el amanecer. Otro sábado aprovechado de principio a fin... y claro... otro domingo destrozado.
Etiquetas: Tailandia
3Comentarios:
pero para eso es el Domingo, para descansar! mucho mejor llegar destrozado al Domingo!
jeje ..... peazo de bicho!
esta bien que seas capaz de transformar un dia caótico en una escapada asi ....plas plas!!!
O sea que no pudiste ir al museo nacional de historia natural... hay que ver, hay que ver...
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