Khon Kaen - Isan
Isan es la región del nordeste tailandés. Con 19 provincias y abarcando casi un tercio de la superficie de Tailandia, es la región menos turística y menos próspera, basando su economía principalmente en el sector agrícola. Al no tener costa, ni ciudades con encanto, ni templos majestuosos nunca ha sido una región llamativa para el turismo, que todo lo transforma, y por lo tanto su cultura e idioma permanecen intactos ante la progresiva occidentalización que sufre el resto del país.
Su comida, su música y sus bailes se hacen notar en el resto del país mezclados con nuevas tendencias más abiertas al consumidor nacional e internacional pero es en Isan donde se encuentra el sabor original. El country-thai, como llaman a la música de Isan, mezcla graciosas y compasivas letras de ligoteo entre tais con música alegre, abundancia de instrumentos de viento y melodías simples y pegadizas. La música se acompaña con movimientos sencillos del cuerpo y elegantes coreografías de manos.
Después de varios intentos frustrados para llegar a esta región por fin reservé para el viernes 21 de julio un par de billetes de tren, para el Profe y para mí, hasta Khon Kaen, en el centro de Isán.
Después de diez horas moviditas en el tren amanecimos en Khon Kaen a eso de las 5 y media de la mañana. Hicimos un poco de tiempo desayunando y a las siete la ciudad estaba ya en pie. Sin embargo nosotros estábamos todavía dormidos así que tras buscar una guesthouse barata (3 euros por habitación) nos echamos a dormir hasta el mediodía. Cuando nos levantamos dimos un paseo por la ciudad, visitamos el museo nacional para empaparnos mas de la historia y cultura de la región y vimos unos templos junto a un bonito lago.
Allí comimos. El calor nos había matado y necesitábamos una Singha y probar la comida de Isán de la que destaco una fuente de carnes especiadas riquísima. La comida dio para una larga charla con el Profe sobre la vida por Soria y para conocer a unos chavales que se ofrecieron a enseñarnos la juerga nocturna de Khon Kaen.
Sin embargo no esperamos la llamada de estos chicos. En cuanto bajó el sol buscamos un lugar para echar las primeras birras y después acudir al Chic Club, una discoteca con actuaciones en directo, grupos rockeros que tocaban los temazos tais, bailarinas y muchos locales haciendo botellón en la pista de baile. De nuevo el ‘allá donde fueres...’, botella de Juanito Caminante Etiqueta Roja que nos pimplamos entre brindis, charlas, bailes y risas con nuestr@s vecin@s de botellón. Por supuesto éramos los únicos farangs y poca gente hablaba inglés, pero nos lo pasamos pipa. ¡Ay, cómo me gusta el ambiente nocturno tai, el muy tai!
Al día siguiente, con bastante resaca, alquilamos una moto para ver los alrededores. Aunque la mayoría de los carteles aparecían exclusivamente en caracteres tais, conseguimos llegar a Ban Khok Sa-Nga, un pueblo que ha montado una fundación para la conservación de serpientes en general y la cobra real en particular. Pagando la voluntad [*1] vimos un show de locales bailando, amenazando y esquivando ataques de las cobras.
Paralelamente a este show nosotros sin quererlo montamos otro show por ser los únicos farangs asistentes. Tanto las participantes del show como algunas asistentes residentes en provincias cercanas, de diversas edades y géneros, se mostraban muy interesadas en hablar y hacerse fotos con nosotros. Subidones de autoestima que te da la gente de esta tierra...
La vuelta a Khon Kaen la hicimos por carreteras locales guiándonos continuamente por indicaciones de los pedáneos. En una de las paradas preguntamos a un par de mujeres de avanzada edad que al vernos no paraban de sonreir. Casualmente pasaron un par de jóvenes en moto y las hicieron parar para achuchárnoslas. Que sois dos farangs y ellas son dos tais... Vaya situación, entre arrozales y carreteras rurales... la gente es increíble.
El camino de vuelta fue entre paisajes agrícolas, campos verdes, mercados feriales y estampas preciosas. Un placer conducir la moto por aquella carretera.
En cuanto bajó el sol cogimos el tren de vuelta. De nuevo diez horas para sobar en la litera móvil pero como esta vez estábamos reventados dormimos del tirón. Amanecimos en la estación de tren de un Bangkok recién despertado pero ya alborotado, ruidoso, lleno de coches y vendedores. Estábamos de nuevo en la Tailandia turística, en la que el farang es presa de tuk-tuks caros y taxis sin taxímetro. Qué diferencia con lo que habíamos visto en Isán, la zona rural menos turística pero más autóctona de Tailandia.
pd.- Fotos mías y del profe
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[*1]. Ojo! íbamos los hermanos regateo 8)...
Etiquetas: Tailandia
6Comentarios:
buena compañero, no te podías ir del país sin conocer una región tan autóctona, por cierto que buena la foto con la serpiente y la tai. Farang me voy a sentir yo en colombia este finde que me voy para allá, deseame suerte..
Nada mas que añadir tronko!!!, se me empañan los ojos leyéndote y viendo esas fotos repletas de recuerdos.
Un abrazo muy fuerte gato.
Dale recuerdos a Pepa, Ander y Pablo. Txin.
Esa Palmera Colombiana.
Sergio, leyéndote me he dado cuenta de que has llegado al punto de ser capaz de distinguir los submundos que hay en la misma Tailandia.
A mi llegar allí me supondría tal impacto que quedaría cegado para distinguir ese tipo de matices.
Y hay gente que seguro que después de varios meses sigue sin poder distinguir nada.
sigue haciendo fotos tan chulas!!
Tiene que ser increible llegar a sitios tan autenticos, en los que tu eres tan centro de atencion como para ti es aquello.
Me encanta la foto de los arrozales.
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