Laos en reyes
Otro viaje improvisado. Bajé a la estación de trenes de Bangkok y ví que había un tren nocturno que saliendo a las 7 de la tarde te dejaba a las 8 de la mañana en Non Khai, la ciudad tailandesa que hace frontera con Laos al Noreste.
Nunca había cogido un tren-cama. Desde hace muchos años RENFE ha ido abandonado a la provincia de Soria y la única línea que tenemos es con Madrid. Además en España los trenes entre capitales suelen ser más caros [*1] que los autobuses así que las palizas peninsulares me las he metido siempre en autobús [*2]. Esta vez por fin iba a cambiar, coger un tren nocturno en Tailandia, yo solo, daba un montón de ingredientes al viaje para que supiera bastante a aventura, libertad, exotismo y también misterio.
El viaje en tren efectivamente fue fabuloso. Había gente que a las 9 estaba ya durmiendo, y uno de ellos fue mi compañero de compartimento, con lo que me obligó a subirme a mi cama que estaba en la litera superior. Allí estuve leyendo un rato la guía para ponerme al día del país, mientras poco a poco entablaba relación con un viejete estadounidense que iba a hacer un viaje por Laos mucho más largo que el mío pero también sin preparar. Durante la noche leí que a unos 150 kilómetros al Norte de Vientiane había una ciudad que destacaba por su posibilidad de actividades montañeras a la vez que por su turismo mochilero. Sobre la 1 me entró sueño, apagué la luz y pensé: que maravilla el poder dormir, bien estirado, mientras te llevan a donde tú quieres.
Llegamos con algo de retraso a Non Khai y me fui en tuk-tuk con el viejete hasta el Puente de la Amistad, que hace de frontera entre Laos y Tailandia sobre el río Mekong. Otra vez ‘Visa On Arrival’ (30$ y una foto) y con ésta completaba mi entrada en todos los países fronterizos con Tailandia (Myanmar, Laos, Camboya y Malasia) en justamente 3 meses. Desde allí de nuevo tuk-tuk para salvar los 20 kilómetros que hay hasta la capital laosiana.
En Vientiane apenas me detuve. Me despedí del viejete y fui directamente a la estación de autobuses para coger el primero que fuera a Van Vieng. Todavía quedaba hora y media para que el bus partiera y sorprendentemente ya había gente montada, por el suelo bolsas con todo tipo de vegetales y en la baca paquetes enormes. No quería quedarme sin asiento así que esperé allí hasta que el bus saliera. Los olores a ajo y cilantro eran impresionantes, la gente había bajado a la capital a comprar y se subía a sus lugares con todo el material posible para después venderlo.
Justo antes de partir se subió un farang (guiri) al autobús y me pidió compartir asiento. El chaval era canadiense y desde ese momento se iba a convertir en mi compañero de aquel viaje. ¡Y qué compañero! Alex llevaba 11 meses fuera de casa, había trabajado varios meses en Europa y viajado con la mochila desde Marruecos hasta Alemania, escala de un mes en Turquía para recorrerse después el sudeste asiático. Su viaje terminaba con un vuelo a casa desde Hong Kong justo un año después de volar Québec-Bruselas sin más plan en la cabeza que estar un año en el mundo. Aquellos que os gusta viajar no me digáis que no os da envidia…
El autobús tardó en hacer los 150 kilómetros unas 4 horas y media, parando varias veces a arreglar algún chisme en los bajos mientras yo aprovechaba a hacer unas fotos...
Y por fin vimos Van Vieng, una ciudad de unos 20.000 habitantes que se encuentra en la falda de un terreno kárstico, con lo que las actividades de aventura estaban aseguradas.
Encontramos una guest house por 2$ la habitación doble y nos fuimos a pasear por la ciudad. Aquello era el Kao San Road [*3] de Laos: por todas partes mochileros, bares con billares y música occidental, cibercafés y empresas de aventura. Echamos una BeerLao (buenísima) y me sorprendí de las especialidades tan narcóticas que había en la carta: happy pizzas (con psilocibes), special shake (con chocolate) y té estilo Mr. O (con opio). La oferta estaba ahí, en las cartas y en las paredes de todos los bares, sin esconderlo. Se notaba que Laos era uno de los principales exportadores de opio y marihuana. Sin embargo el consumo de drogas en Laos está prohibido, y son comunes las redadas de policías para sacar los cuartos a algún farang despistado; cuartos que por supuesto se queda el policía. Ya nos explicaron que ni la zona del río, pese a su lejanía, era segura para fumar maría, ya que se habían dado casos de policías que bajan nadando por el río y detienen infraganti a los guiris.
Esa noche cena laosiana: làap múu, plato típico que mezcla carne de cerdo con menta, cilantro y chili. Exquisito.
Al día siguiente contratamos un paquete de aventura. Primero, visita a unas cuevas, una de ellas inundada y que había que recorrer con flotadores. Digamos que fue una actividad bonita, por que la cueva estaba bien, pero que, después de haber hecho espeleo en España [*4], no me satisfizo demasiado. Después comida local cojonuda y a hacer la digestión mientras bajaba el río en K1. Lo mejor fue algún rápido que le dio un poco de riesgo al asunto y sobre todo el pararnos en un bar de la orilla a beber una buena BeerLao fresca mientras hacíamos tirolina y trapecio a unos 10 metros del agua.
Como hicimos buenas migas con las mochileras europeas, la mayoría solitarias, que pillaron con nosotros el paquete de aventura, quedamos a cenar todos juntos. Ahí me afloró una sensación muy curiosa: estaba entre conocidos de un día, de procedencias muy distintas, pasados diferentes y planes muy variados, y todos compartíamos la cultura occidental y el querer conocer el mundo gastando el mínimo dinero. Yo envidiaba el ritmo relajado de sus viajes, y ellos envidiaban que pudiera estar ganando dinero en una ciudad con tantas posibilidades de viajar como Bangkok. Ahí estábamos los 6, en Laos, compartiendo unas buenas cervecitas, unas pizzas y yendo después a visitar una zona de garitos chulísima donde el chillout, las terrazas sobre el río, las hogueras y los dueños tan agradables ponían una atmósfera perfecta para la relajación (y el fumeteo). Van Vieng es el paraíso laosiano para los mochileros occidentales.
Al día siguiente despedida de Alex y vuelta a Vientiane. Como mi tren de vuelta no salía hasta las 7 de la tarde aproveché a ver la ciudad. Pese a la pobreza del país la capital muestra perfectamente señas de su pasado (colonialismo francés y comunismo) y su actual situación de apertura al capitalismo. Me quedé con la limpieza, anchura y orden en las calles, y sobre todo con la tranquilidad y silencio que no sientes en ninguna otra capital del sudeste asiático.
La vuelta a Tailandia me regaló una puesta de sol sobre el Mekong, justo desde el ‘Puente de la Amistad’ entre Laos y Tailandia, en zona internacional, sobre un río cargadísimo de historias. Y con lo que a mi me gustan los ríos...
Y en el tren una excursión de universitarios laosianos me pillaron por banda a inflarme de nuevo a BeerLao, a cantar con ellos, entre otras, canciones de la Creedence [*5], a echarles algún tema ibérico en la guitarra [*6] y levantarme con resaca a mi llegada a Bangkok a las 8 de la mañana.
Y de ahí directo a la oficina, ya era lunes y había que currar.
La cantidad de selva montañosa (sólo el 4% del territorio está cultivado) y el todavía incipiente turismo hace de Laos un país impresionante para visitar. Pasarte un mes recorriéndolo de Norte a Sur, bajar el Mekong hasta la entrada de Camboya, flipar con su ritmo de vida lento y sin prisas, y disfrutar de la gente tan agradable... es un país que está en otro tiempo y va a otra velocidad, pero que se le ve que hace el esfuerzo de abrirse al resto de países de la zona. En unos años seguro que no es lo mismo.
Por si no se puede leer ahí va la amenaza de cambio: Talat Sao Shopping Mall: Limited shop units left! To avoid disappointment BOOK NOW!
[*1]. Bueno, para ir a Briones mejor el tren. Menudas fiestas gran amigo samuraaaii: esguinces de ilusión, Margas 2, bodegas cojonudas, miles de birras naosianas y todo riquísimo. Como disfruté esas juergas.
[*2]. Teledu, el rey de los autobuses. No sé por qué me ha venido a la memoria el primer viaje a Granada, al espárrago, que bajamos juntos desde Zgz. Ve mirando billetes tío que esto te va a flipar.
[*3]. Es la calle por excelencia de los mochileros en Bangkok, punto de encuentro de todos los viajeros del sudeste asiático.
[*4]. Que buena aquella excursión a Calcena, jajajaja, Kismo tío que paciencia tenías.
[*5]. Jodeeeer Javieeeeer, siempre que escucho la Creedence me acuerdo de ti. Ya me puedes cuidar el vinilo q tengo en el txirin, que los tecnócratas no lo usen para escrachear!
[*6]. Pelillos y Jono, no os imagináis lo bien q me salió el Gato Montés.
Etiquetas: Sudeste
11Comentarios:
Hola Sergio!!!
tu redacción impecable como siempre!!!
y el contenido para flipar!!!
...hay que ver la envidia que nos das.
cuidate!!!
Un colega de aquí, estuvo tb de mochilero por ahí, y me contaba historias geniales, de Laos especialmente...ahora las corroboro en tus carnes ;)
disfruta perra...disfruta.
Ei tío,
Como siempre un paso por delante, me emociona leer lo que explicas, pk en un par de semanas también me voy para Laos. Tren, autobús, barco, a pie... Mochileras!!!pinta bien, no?
Ya te afirmo que si pinta bien...
Nosotros nos encontramos con una mochilera australiana pillando un tren en Sighisoara hacia Brasov. Estaba en mitad de su tour europeo, en su año libre...
Buenas señor:
Pinta de puta madre, la verdad es que tenemos todos una envidia sana por lo bien que te lo estas pasando y lo que estas conociendo.
Disfrutalo tronco.
Un abrazo
Flores!!!!
Joer vaya navidades que te has metio hijo puta!!! Parezco el Shrek de lo que me corroe la envidia ;)
Me alegro de que estes disfrutando tanto por aquellos parajes.
Las navidades por Soria muy bien. Necesitaba un poquito de descanso familiar (no tenia vacas desde Ibiza, y en esas precisamente no descansamos mucho, you know...), comilonas y mucha fiesta, pa variar.
Los cotillones genial, como siempre. Mucha fiesta, muchos artistas invitados, muchas risas, algunos procesadores de 64 bits(juas juas) y sobre todo buen rollo.
La Nita and company estuvieron en los 2, y creo que se lo pasaron mu bien.
En efesto, en nochevieja hicimos un brindis todos a tu salud. El aborigen ejercio estupendamente de maestro de ceremonias y después de una breve y emotiva introducción todos alzamos nuestras copas y nos echamos un trago a tu salud al grito nasal de "MUY CAAAAAROOOOOOO";)
Cuidate y nos vemos muuuuyyy pronto.
Teledu
cambiame el destino tio!!!
6 meses aqui y 6 meses alli ...
6 en africa y 6 en asia ...
los dos salimos ganando no??
ademas ... tu ya has visto mucho!!
jajajajaja
un abrazote muy grande!
Tio pues claro que si!!!yo tb me acuerdo mucho de tí cuando empiezan los compases de la creedence con su mítica HEY TONIGHT estamos de enhorabuena...parece que el Revival se pone de moda!!!Gracias diosa Madonna!!!!!!
saludetes desde soriapolis.Txin.
Tu blog ya se está convirtiendo para mí en un clásico.
Como desearía que mi espíritu aventurero hubiese aflorado 5 años antes para poder gozarme un añito con la mochila a la espalda.
Leer como te aventuras a realizar viajes sin planificación me inspira, y no es un cumplido, sino una realidad. No tengo Laos a mi alcance pero intentaré hacer lo propio en este país, salvando las diferencias.
Hasta pronto.
Me encanta comprobar que estas de Puta Madre, aunque me encantaria poder disfrutar de esas cosas contigo y ser un poco pesada.
Te quiero mas que mas
Que buen viaje, me encanta la historia que no es para nada pesada de leer sino bien fluida. Si no me quedara tan lejos de chile ni me lo pensaba ir a recorrer esos sitios tan marihuaneros.
Un saludo y sigue disfrutando, una grata sorpresa ver tu blog.
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