25.11.05

HCMC

El fin de semana pasado salimos de la oficina a eso de la 1 (normalmente los viernes salgo a la 1.30) y directos al aeropuerto. La tramitación del visado de residencia en Tailandia ha durado más de 20 días y apenas he tenido el pasaporte para poder salir del país, así que este iba a ser mi primer viaje internacional. Destino: Ho Chi Minh City.

Para mi era un viaje especial, HCMC era mi segunda preferencia en la lista de destinos solicitados y en este viaje podría ver la vida que me hubiera esperado si me hubieran dado dicho destino. Había oído hablar muy bien del país y todos los contactos me lo ponían como tremendamente atractivo. Lo malo es que en un fin de semana no podía conocer el país, sólo daba tiempo a visitar Saigón, pero bueno, algo es algo, es la pena de este curro que apenas da vacaciones y los viajes tienen que ser relámpagos.

La primera impresión que da la ciudad es de mucha vida, inesperadamente poco contaminada (viniendo de BKK), llenísima de motos, tráfico anárquico y de lucha continua por encontrar buenos precios en los medios de transporte (al menos con los taxis del aeropuerto). No es tan fácil encontrar gente que hable inglés pero consigues entenderte a duras penas.




Comenzamos la noche del viernes en un restaurante vietnamita, comida buena y barata, y de postre 2 kg de cigalas (como lo leéis). Después de cenar visita a Liquid, una de las discotecas de moda en la ciudad para la sociedad rica vietnamita, muchos vietquais [*1] y ningún occidental. La música: mezclas de techno, hip hop y baladas vietnamitas. Como curiosidades decir que no vendían alcohol fuerte, en la pista de baile no se puede beber, cierran a las 12 y no es difícil entablar conversación con la gente local que se le ve interesada en conocer la cultura occidental y hablar inglés.

El siguiente garito fue todo un descubrimiento. Con posters de la película de Kubrick, cerrando con The Doors y llamándose Apocalypse Now tenía todo el sabor del Saigón que transmiten las películas sobre la guerra de Vietnam [*2]. Bastantes guiris, rock&roll setentero, vietnamitas buscando occidentales, billares, cervezas y whiskies. Me encantó .

Según pasaba la noche los garitos se oscurecían, la gente se hacía más nocturna y caliente. En los siguientes bares se veían más bailes sugerentes, miradas perversas, y otras que, incluso siendo finalmente perversas, se hacían las difíciles y escogían cuidadosamente el cliente.

En uno de los bailes hiphoperos nos arrimamos a un grupo de africanos y coreanos (curiosa mezcla) que llevaban un tiempo viviendo en HCMC. Hicimos buenas migas y nos guiaron el taxi al siguiente garito que finalmente encontramos cerrado con lo que volvimos al anterior. El taxímetro estaba trucado, los africanos se negaban a pagar, y en 2 segundos nos vimos rodeados de vietnamitas que exigían el dinero del taxista. Teníais que ver como un solo grito de un sudafricano (de 2x2) espantaba a 5 vietnamitas. Pagamos la carrera (barata) para dejarnos de malos rollos y la bronca siguió entre los locales y nuestros colegas, que por lo visto el tema venía de hace tiempo; digamos que la raza negra no es muy querida por los vietnamitas. Eran las 4 cuando entramos al bar, pero un guardia estaba ya dando con la porra (una barra de metal) en la mesa de mezclas del dj para que apagara la música (me han comentado que otras noches dan directamente con la porra al dj), así que nos pillamos otro taxi, dimos unas vueltas (como una hora perdidos) para encontrar la casa y a dormir.

El sábado comenzamos el día con adrenalina. Cogimos unos mototaxis y fuimos al centro de Saigón. Ves el caos a tus pies, los roces entre motos, los cruces anárquicos, sientes pitidos por todas partes que significan ‘voy yo, apártate’.




Tras comer y superar la resaca contratamos unos ciclos. Normalmente los conductores de ciclos son hombres que apoyaron a americanos durante la guerra y que una vez instaurado el régimen comunista en el país han sido enviados a campos de reeducación y no les han dado papeles, no tienen los mismos derechos que el resto de población y la mayoría malvive transportando gente y materiales con sus ciclos, muchos viven de él en él.




Entre intentos de hablar con mi conductor y sentimientos de imperialista que no me gustaron en absoluto hicimos un tour por el centro de la ciudad: barrios de la época colonial francesa, iglesias, palacios, muchas banderas por todos los lados y figuras honrando a Ho Chi Minh y sus súbditos comunistas.

Por si el viaje mañanero no había sido suficiente decidimos alquilarnos unas motos. La mayoría de mis compañeros de viaje conducen moto en España, pero yo apenas he alquilado moto cuatro o cinco veces en mi vida (y no cuento las ostias anteriores en bicis y antorchas[*3]). Pero bueno, órdago al tráfico y pa’lante! El primer viaje fue toda una aventura, hora punta en las calles, del orden de 2 o 3 motos en 4 metros cuadrados, saturación de pitidos (voy yo, apártate!), yendo como podía sin separarme de mis compañeros, nos guiaba un taximotero que conocía el itinerario y la forma de conducir en Saigón, así que en una de las rectas tiró rápido, mi compañero le siguió para no perderse, y yo, entre tanta moto cruzándose, me descolgué del grupo. Sin móvil ni números apuntados, apenas recordaba la dirección donde dormía, de repente todos los vietnamitas llevaban la misma camisa blanca que el compañero al que seguía y para mejorar la situación empieza a llover (y no precisamente unas gotillas). Pregunté como pude por la dirección y finalmente llegué al destino. Mi gente no había llegado, seguro que temían que me hubiera caído y me estaban buscando. Efectivamente fue así, al poco rato llegaron y nos fuimos a cenar. Otro homenaje vietnamita, comida cojonuda por dos duros, y pronto a dormir.

El domingo madrugamos para visitar Cu Chi, una localidad al noroeste de Saigon. Durante la guerra con los franceses, los vietnamitas empezaron a construir túneles subterráneos que reformaron y mejoraron durante las guerras posteriores, de manera que prácticamente se podía escapar de Saigón hasta Camboya vía túnel. Impresiona ver la organización que tenían, cómo podía pasar gente años y años bajo tierra, arrastrándose para moverse de posición, saliendo a superficie a disparar. Y todo muy organizado, con zonas para cocinar, para fabricar trampas y armas a partir de deshechos de bombas americanas, alimentándose principalmente de raíces de tapioca, bebiendo agua de los pozos, consiguiendo aire de respiraderos ocultos entre los troncos de los árboles, creando varios niveles de túneles para que las bombas no los destruyeran todas las conexiones... una pasada.






Y por si no me había puesto suficientemente en situación bélica, por la tarde visité el museo de la guerra. Uno de esos museos impactantes, con fotografías escalofriantes, datos que te ponen los pelos de punta, armas químicas usadas en la guerra contra civiles que te dicen lo salvaje que puede ser el hombre, con una visión completamente antiUSA, hechos que nunca admitirá haber cometido la gran potencia.

El avión de vuelta lo cogimos por los pelos. Llegamos justitos de tiempo al aeropuerto y no es fácil cruzar el control de aduanas vietnamita, me hicieron un chequeo exhaustivo de mi pasaporte, incluso me contaron el número de páginas.

La historia ha hecho un puzzle muy característico en HCMC: el toque francés, el carácter asiático de sus gentes, las continuas guerras (franceses, comunistas del norte, americanos...) y el sistema comunista actual que abre sus fronteras comercialmente. Ese puzzle es lo que me llevo de la gran ciudad del sur vietnamita. Espero volver pronto a conocer el país, me atrae enormemente.

Pd1.- Carlos y Nadia os portasteis como unos jefes. El fin de semana ha sido tan cojonudo gracias a vosotros y vuestros consejos, nos habéis tratado de putíiisima madre. Muchísimas gracias gente!!

Pd2.- creo que hoy no me da tiempo a subir fotos, en 2 horas me sale un vuelo a la playa, pero el lunes espero poneros unas imágenes.

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[*1]. No sé si realmente se llamaban así, me refiero a hijos de vietnamitas que huyeron de Vietnam, vivieron durante años en países de acogida, formaron allí su familia y han vuelto a Vietnam.

[*2]. Broma, Me acordé muchísimo de tí y de aquella noche en el Nac Nud! Que risas. Tío mucho ánimo con el parque.

[*3]. Jajajaj, q hostia en garray eh pelillos!

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13.11.05

Bangkok: sensaciones tras un mes aquí

Hacía mucho tiempo que no escribía nada sobre la gran ciudad en la que vivo. Tras más de un mes y medio aquí me doy cuenta de que cuando pienso en ella me afloran sentimientos contrarios: mis sentidos diariamente dicen cosas contrarias a la imagen que tengo en mi cabeza. Esta ciudad, es a la vez fea, gris, enorme, caótica, sucia, contaminada, difícil de circular, de patear, de respirar... pero tiene un encanto muy muy especial.

Con lo que a mi me gusta pillar una mochila y patearme las ciudades, aquí esto se hace bastante incómodo. Según zonas hay muy pocas aceras y las que hay están patas arriba; en las calles sin acera tienes que ir esquivando el canal de desagüe, los coches invaden casi toda la calle y hay que andarse con mil ojos de que no se te lleven las motos o los tuk-tuks, que conducen a su puta bola.


Nueva 'calle de moda', la busqué con acera :)


Además, en uno de los lados de todas las calles, a veces a la altura de la cabeza (de los thais), tienes el tendido eléctrico que no sabéis como acojona, sobre todo cuando llueve que ves y oyes los chispazos. Y si no llueve tienes montones de pájaros que están esperando a que pases para plantarte un tordo[*1], y ahora en época de gripe aviar es bastante amenazante[*2].



Ejemplo de instalación eléctrica


Los paseos por Bangkok son también toda una experiencia para la napia. En apenas 50 metros detectas aromas muy diversos amplificados por el calor y la humedad. Olores de puestos de comida, de alcantarillas, de pescado podrido en contenedores, de maderas todavía ardiendo que usan para cocinar en la calle, de canales con aguas putrefactas, del humo que sueltan los automóviles... y en conjunto queda un olor muy característico, si bien al principio desagradable. Luego te acostumbras.



Puesto de comida callejera, de los que echan buen olor a Bangkok.


Como ya me habían avisado antes de venir [*3], Bangkok es una ciudad muy muy contaminada. Al estar por debajo del nivel del mar y tener mucho tráfico hay siempre una nube asquerosa de polución. No es de extrañar que mucha gente utilice mascarilla. Al principio lo ves un poco exagerado pero cuando llevas unas horas caminando por la calle, has pillado alguna moto o un tuktuk notas que tienes picor en la garganta y te das cuenta de estás tragando mogollón de mierda.

Y es que Bangkok tiene una cantidad exagerada de coches para su superficie. Los atascos que se forman en horas punta son impresionantes. Muchos taxistas esquivan las arterias principales a ciertas horas porque saben que cagarla significa quedarte parado durante horas (menos mal que el taxímetro sube muuuy despacio). Para evitar estos atascos continuamente instalan nuevos sistemas de transporte. Creo que el año pasado abrieron la primera línea de metro (muy elegante y eficiente), y desde hace algunos años existen 2 líneas de Skytrain que circula a unos 10 metros sobre las calles principales. Impresiona la cantidad de infraestructuras a diferentes niveles que hay en algunos puntos clave (claves desde el punto de vista financiero) de la ciudad: debajo de tierra el metro, a nivel 0 la calle normal (normalmente con atasco), a nivel 1 el skytrain, y a nivel 2 autopistas que rodean y cruzan la ciudad.



Una de las calles financieras principales, con su parada de Skytrain

Sin embargo en mi opinión estos medios de transporte son por ahora insuficientes. Al ser una ciudad tan grande y con apenas 3 líneas de transporte público tarde o temprano necesitas un taxi o mototaxi para ir a cierta zona y las probabilidades de atasco son para tenerlas en cuenta.

Pero aunque todas estas cosas no gusten a mis sentidos y reduzcan calidad de vida, mi cabeza por el momento está en armonía con Bangkok. Los servicios disponibles, las oportunidades de ocio, el precio de los productos para un bolsillo occidental, la amabilidad y sonrisa de la gente, la impresionante comida thai (el sentido del gusto gusta mucho a mi cabeza :D), los restaurantes lujosos de comida extranjera baratos para nosotros, la posibilidad de viajar por este país paradisíaco y otros cercanos por cuatro duros, los garitos clandestinos, la continua oferta de placer [*4]... todo esto hace que por ahora la vida aquí sea una maravilla, que esté a gustísimo y que lo único que echo de menos es a vosotros.

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[*1]- Un abrazo al bakin soda gran amigo mio!
[*2]- Imagino q en España los medios estarán acojonando a la Horten.
[*3]- Ánimo y suerte Eibor!!! Toda la gente que quiera que sus hijos/primos/nietos sean felices deben llevarlos a que conozcan el nuevo parque infantil de centro comercial de Camaretas (Soria). Y el resto de la peña que se pase por el concierto de THC en el Café la Palma (Madrid) el día 26 de noviembre.
[*4]- De todas estas cosas buenas de Bangkok paso de poner fotos, tenéis que venir a verlas, sé que engañarán a vuestras cabezas....

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7.11.05

Trecking por Chiang Mai

Hace dos findes pillamos un vuelo hasta Chiang Mai. Una ciudad que hay en el norte y que aparece en todos los paquetes turísticos tailandeses por la cantidad de templos budistas y por ser la entrada al triángulo de oro.

Llegamos el viernes por la noche y la ciudad estaba bastante desierta. Viniendo del caos de Bangkok, Chiang Mai resulta muy ordenada, limpia, sin contaminación y apacible. Dimos una vuelta por los bares del centro y pronto a dormir. No habíamos ido a conocer la ciudad, sino los alrededores, la jungla y las tribus que habitan en ella.

El sábado a primera hora de la mañana cogimos un guía que con un grupo de europeos (unos alemanes tan altos como cachondos, y 2 parejas francesas) nos iba a llevar de trecking por la jungla. Después de tanto tiempo sin hacer montaña (ay de esas últimas salidas por Pineta[*1] y Anayet[*2]!) aquella excursión tenía algo de sabor a sucedaneo si la comparaba con otras salidas que he hecho con vosotros por el pirineo aragonés [*3]. Pero la jungla era un medio nuevo y que considero bastante complicado. Ir con guía evitaba riesgos, perdernos en una tierra en la que encontrar a gente no significa entenderte con ellos [*4], y además siempre que he ido con guía (aupa ese truchi!) te enteras muy bien de las cosas que ves, y aquí valía la pena pagar por conocer los habitantes y formas de vida en la jungla.

Sábado morning, a primera hora visita a un mercado a las afueras de ChiangMai, curioso ver la forma en la que conservan la carne, normal que la sirvan muy especiada.



Después fuimos hasta un poblado a unos 20 km de la ciudad. El acceso era bastante difícil, por una pista llena de zanjas que hacía rugir al pick-up 4x4 cargado hasta las trancas (13 personas, y algunos de más de 2 metros). En el pueblo vimos sobre todo niños, imagino que la mayoría de padres estaría trabajando en los campos de alrededor.










Después de comer empezó el paseo por la jungla. Unas 2 horas por caminillos entre bosques frondosos y cruzando ríos para llegar al pueblo de la tribu karen donde íbamos a dormir.





En el pueblo encontramos gente cojonuda, que nos recibía con sonrisas enormes. Todas las casas estaban construidas a un metro del suelo. Debajo estaban los cerdos, gallinas, perros... Las mujeres nos ofrecían su artesanía, pulseras, collares... éramos guiris que traíamos algo de dinero a un pueblo cuya única forma de llegar era pateando 2 horas. La principal economía del pueblo venía del arroz y el bambú. Y la alimentación, basada en arroz, se complementaba con huevos, pollo, cerdo, verduras, frutas silvestres, todo cogido directamente en un radio de 1 km...
Y tabaco... enrollado en hojas de platanero.






Una foto de la cabaña donde íbamos a sobar:




Nos hicieron una cena riquísima. Arroz con pollo (recién matado y pelado, retando a la gripe) en una receta exquisita que mezclaba mango, patata y muchas especias.
A las 7 era de noche, y sin electricidad en todo el pueblo daba la impresión de ser muy tarde. A las 8 de la tarde todo el grupo estábamos durmiendo, en una cabaña grande con mosquiteras y esterillas para cada dos y con la puerta abierta de par en par. Creo que es el sábado noche que antes me he acostado. A las 2 horas me desperté porque cayó una tromba de agua. Salí un rato a mirar la oscuridad, escuchar la lluvia, el sonido de la selva, pensar un poco en donde estaba y rayarme un poco con temas sociológicos....

Al día siguiente madrugamos (habíamos dormido unas 10 horas) para patear con la fresca. Unas 3 horas entre campos de arroz y bosques de bambú.



Viendo algún que otro bicho curioso... [*5]



Llegamos a un río que íbamos a descender en elefante. Qué bichos más grandes. A mi me tocó uno graciosete, al irme a montar tenía que pasar por detrás de él y me recibió con un pedo en toda la jeta. Os digo de verdad que un cuesco de elefante despeina.

Sobre el paseo en elefante... pues bueno, ya sabeis que no me mola ver sufrir a los animales, y el tío que llevaba al bicho le metía un gancho detrás de la oreja para que tirara... y todo por dar un paseo a un turista. Habría suprimido aquella actividad, la verdad. Mirad que bicho más majete:





Cuando terminamos la ruta elefante otro rato de caminata, a ritmo bastante rápido y por zona montañosa. Aquí sí que eché un poco el higadillo, pero bueno, así me voy poniendo en forma para escalar por aquí.

Llegamos hasta otro río más o menos rápido que había que descender en balsa de bambú. Fué bastante gracioso pq pillamos dos canoas y echamos una guerra-carrera haciendo que los otros se chocaran con la orilla y tirándolos al agua.




Sobre las 5 fuimos de nuevo a Chiang Mai para pillar el avión de vuelta a Bangkok. Se acababa la excursión y habíamos recibido unas clases cojonudas de asignaturas que me encantan: naturaleza, educación física (en la montaña-selva) y sociología. Un plan que muy probablemente repita.

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[*1].- Que tal tu uña de escaladora?? Qué finde más completo aquel.
[*2].- Esos tudelillas pikillous!! como me molaría hacer otra vez una ruta cerbunera con vosotros, ya sea en la montaña o en zgz.
[*3].- A mi compañero de cordada... comienzan las salidas invernales por allí? a ver si pillas la tecnología por los cuernos y te conectas algún día.
[*4].- el thai va de puta madre, ya sé decir algunas frases. Si alguno sabe alguna página de mapas de montañas del mundo que la pase.
[*5].- después de que piter-viena quitara hierro a lo de mi enorme serpiente de Koh Chang no digo nada de esta arañita cariñosa.

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4.11.05

De reformas en la oficina

Ufff, vaya día. Me llaman esta mañana a las 10: me he quedado sobado, que me necesitan en la oficina porque van a cambiar el papel de las paredes de la sala de servidores e iban a mover todos los cacharros, en plena hora de producción. Cuando más curro tiene la oficina por una visita que hace icex en breve, se decide cambiar la moqueta y los papeles de todas las paredes, en horario de oficina, y claro, con los sistemas arriba, con la maraña de cables que hay.

Con una resaca horrible tiro para la oficina rápidamente. Llego y los tíos de las reformas ya estaban dentro de la sala, moviendo muebles, pero sin haber tocado todavía los servidores. Entre reminiscencias de borrachera y dolor de chabeta termino el documento para Pascualín y me avisan que van a empezar lo gordo. Voy a la sala y ya habían corrido todo el armario de switches, los 3 servidores, y arrancado alguna que otra clavija de teléfono. Bieeeen, conexión a internet a tomar por culo. Veo que la electricidad del armario de switches está desconectada, eso debe ser, qué fácil... pues no. Sigue sin conectar. Y el tío de las paredes venga a tocar todos los cacharros con el culo mientras cambia el papel. Para fliparlo.

Una primera llamada al CSU me dice que ellos me ven de puta madre, que no pueden hacer nada, que me las arregle. Reaprieto las mil clavijas, me piro a casa (por fin mi casa, un estudio de 30 m2 a 2 paradas de skytrain de la ofi) a dormir un poco pq los de las paredes siguen currando. Vuelvo y con un dolor de cabeza horrible me pongo a seguir todos los cables, hacer el mapa de comunicaciones y detectar una puta clavija defectuosa que iba al contivity y cascaba toda la conexión a mi proveedor local. Pues eso, las 20.30 horas cuando los viernes salgo a las 13.30. Y lo gracioso es que mañana vienen a cambiar la moqueta, moverán de nuevo los servidores y todos los clientes de la ofi, así q toca currar otra vez. Menos mal que la jefa se ha estirado y por estas horas me va a dar un viernes libre (q solo curro 4 horas) guuaaaau!

Pero no estoy quemado no, solo espero q el lunes pueda sacar algún día más de vacaciones y disfrutarlo en algún viaje...

Un abrazo para todos, y ánimo a los que tb estén saturados de curro. Que no os aliene!

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actualización a domingo: seguimos de reformas, desconectados servidores, movidos armarios, y empezando a recomponer clientes, cada pieza en una habitación diferente. Aquí hay curro para semanas, y la jefa quiere correo mañana!!
Ayer disfrutando de mi keo y buen borracherón, pero vamos, haciendo balance espero tener pocos findes como éste. Os echo de menos.

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2.11.05

El gran hermano te vigila

El lunes tuvimos visita de una compañera de Ho Chi Minh. Junto con Pepa y Pablo, fuimos a cenar a un restaurante indio y después subimos a tomar una copichuela al Siroco, un garito de los de impresión situado en un rascacielos y que no se debería perder ninguna visita. Allí es fácil perder la vista en el horizonte de Bangkok y las chavalas tan engalanadas que pasean por la azotea.

El caso es que mi compañero icex se fijó en una señorita joven de rasgos europeos que estaba cenando con un caballero a 5 metros escasos. Estuvimos un rato mirándola fíjamente. A mi me daba la sensación de que ella también nos miraba, pero supuse que se debía a lo escandalosos que estábamos siendo.

Tras escuchar unos temitas (de puta madre!) de la banda de jazz y acabarnos los daiquiris decidimos irnos a otro garito. Fuimos a coger el ascensor y coincidimos con la pareja. En el ascensor tuvimos un momento de esos de desinhibición bailando y vacilando al botones; dando el cante a saco!. La pareja sonreía sin comentar nada.

Llegamos a la planta baja y nos separamos momentáneamente de Pablo. Cuando me di cuenta él estaba hablando con la pareja (no sé en qué idioma) y al poco tiempo se acercaron hasta nosotros. Directamente Pablo me dijo en castellano: Sergio, ésta es tu jefa!! Yo me quedé pilladísimo, la cosa parecía que iba en serio, la chica no lo negaba, ni Pablo lo explicaba. Al momento se presentó como curranta en el departamento de administración del cisicret[*]. A mi me salió una sonrisa de empanadilla que os la podeis imaginar, ñek, ñek.

La tía era muy maja, estuvimos un rato hablando y nos explicó que no estaba 'de servicio', sino de vacaciones por Tailandia, y que el jochi (aka Joselín), que conoce Bangkok, le había recomendado el garito. Ya en la azotea le cuadraba que fuéramos los icex, se debe de notar mucho nuestra condición de precarios.

Así que ya sabeis chavales, cuidado!!![#] el mundo es un pañuelo, el jefe te vigila :)

[*] servicios centrales de informática de las oficinas comerciales. Mis jefes, vamos, que curran en madrid.
[#] q palabra!!

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